Tiempo para descansar, jugar con la familia, reír, escuchar a los más importantes, abrazar a mi madre y mi hermana, son entre otras cosas, el resultado del fin de semana que expira en menos de una hora.

Pero todo empezó en una agradable reunión, en compañía de personas con las que a diario convivo en una dimensión no física: mis amigos twitteros.

Twitteros en Tegucigalpa

Twitteros en Tegucigalpa

Fue agradable verles, unirnos en un abrazo y compartir en persona, la alegría que a diario compartimos en esa nueva dimensión de contacto entre humanos, la plataforma virtual que nos ofrece Internet.

¡Qué se repita pronto!

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