Más de dos decenas de periodistas han perdido la vida en los últimos 3 años, en condiciones aún no esclarecidas por parte de las autoridades y sin que haya certeza de castigo para los responsables de los decesos.
El más sonado y reciente caso, es el de Ángel Alfredo Villatoro quien, fungió como coordinador de noticias en la cadena hondureña HRN, y fue raptado temprano, mientras se dirigía al centro de trabajo. Después de una semana, apareció sin hálito en la periferia de Tegucigalpa, ciudad que lo acogió por varias décadas después que llegó del norte del país.
Agencias internacionales informan que la tierra de Álvaro Contreras, es una de las naciones más peligrosas para el ejercicio periodístico; no obstante, los comunicadores sociales han dicho que NO se rendirán, que NO cederán ante la amenaza y vivirán el resto de su vida haciendo lo que por vocación han decidido.
Hoy, tanto en Tegucigalpa y otras ciudades, centenares de profesionales del periodismo y ciudadanos solidarios han marchado por las calles con la exigencia de seguridad y libertad.
Mi post, para celebrar el Día del Periodista hondureño, originalmente fue pensado con lo más importante que aprendí durante mi paso por las aulas de la Escuela de Periodismo, en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH; sin embargo, ese tema esperará un poco para ver la luz y ha cedido el paso a este saludo para mis ex compañeros y colegas que cada mañana se levantan con la misión de dar a conocer la realidad, informar con responsabilidad, a un pueblo que merece un futuro mejor.
Albergo la esperanza que habrá justicia para los que le hacen mal al gremio y la fe por un horizonte resplandeciente para Honduras.
¡Salud periodistas en su día! Hago eco de la frase que hoy sirvió como grito de batalla en las marchas: ¡No se mata la verdad matando periodistas!