Ya venía de regreso a casa, después de un par de horas en la montaña, en mi bicicleta.
Descendía a paso veloz por una zona que frecuento, de hecho, por ese mismo sendero subí a uno de los miradores.
Sin advertirlo con suficiente tiempo, apareció una rama espinoza que no pude evadir. Si hacía algún movimiento brusco, corría el riesgo de caer y golpearme sobre un pedregal.
De la misma forma, en la vida debemos asumir riesgos y enfrentar el menor de los males, debemos tomar decisiones pensando rápidamente en la posibles consecuencias.
Es posible que en tu andar debas soportar algunas cicatrices; aún así, toma decisiones, no temas actuar.
IMPORTANTE: Para hacer el autorretrato de hoy, conté con el apoyo de mi hija en iluminación.