No recuerdo haber tenido uno favorito. Los tres fueron siempre mis héroes: Superman, Spiderman y Batman. Tampoco tengo memoria de cuándo exactamente comencé a admirar a esos tres súper héroes. Sí puedo asegurar que en algún momento fui uno de ellos, en aquellas largas jornadas de diversión, principalmente con mi amigo Tito (QEPD).
Mi pequeño -sin haber cumplido sus tres años-, no sé de donde -porque hasta el momento no ha visto caricaturas o películas relacionadas- admira a Spiderman e invierte largo rato jugando con Spiderman, tiene pijamas del hombre araña, incluso los «calocillos» (como llama él a los calzoncillos), son del Sorprendente Hombre Araña.
Yo sé que todos llegamos a tener un héroe favorito, honestamente aspiro a ser ese héroe de la vida real, a quien él pueda acudir en busca de apoyo; de la misma manera que yo me acercaba -y a veces siendo adulto- a mi tío.