Hasta ahora, él se paraba y miraba a su alrededor. Hoy participó, bailó, disfrutó.
¿Botó el monte? Probablemente. Lo cierto es que está creciendo y madurando.
Lo que para algunos puede ser trivial, para otros es relevante (como en mi caso).
Podemos ver cómo los demás disfrutan y son parte de lo que está ocurriendo; pero, también podemos involucrarnos, ser parte, disfrutar e incluso bailar.
No nos quedemos parados viendo a los demás, seamos parte.
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La felicidad es una decisión personal