¿Golpe de Estado?, ¿Sucesión presidencial constitucional?, Llámalo como quieras. No cabe duda que el 28 de junio de 2009 marcó un antes y después en la historia política de Honduras. El país no será más el mismo y el panorama de nación es ahora radicalmente diferente (no precisamente para bien).
A casi dos años de haber sido defenestrado, Manuel Zelaya ha regresado de su exilio y prometió luchar por su objetivo de establecer una Asamblea Constituyente que permita la elaboración de una nueva Carta Magna con el fin de reelegirse en la Presidencia de Honduras.
Evidentemente, la población sigue dividida entre los que adversan el proyecto político de Mel Zelaya y los que sueñan por verle gobernando otra vez.
Lo cierto es que el tema que sirvió para derrocar a Manuel Zelaya, sigue vigente y el exgobernante, junto a sus seguidores insisten en buscar una Asamblea Constituyente.
Mientras el movimiento que apoyó a Roberto Micheletti en su lucha contra lo que algunos llaman el «Socialismo del Siglo XXI«, parece haberse debilitado. Ahora se corre el riesgo de caer en el mismo sopor que vive la oposición del gobierno venezolano.
En Honduras, la historia se sigue construyendo día a día, después del 28 de junio.
¡Viva Honduras, viva Honduras y viva Honduras!