Para mi fortuna -y lo tomo como un privilegio-, ayer compartí una charla con mis amigos y compañeros del Club de Fotografía KALEIDOSCOPIO, basado en el libro THE PHOTOGRAPHER’S EYE, del excelente autor Michael Freeman. Un libro TAN RICO en contenido, una guía obligatoria para todo aquel que se precia de ser fotógrafo (aficionado o profesional).

Portada del libro The Photographer's Eye o El ojo del Fotógrafo

Entre otras cosas, una de las ideas que más me ha llamado la atención, es en la que expresa que si estás dedicando más tiempo a editar o post procesar tus fotos, en lugar de hacerlo en la preparación, planeación y toma de las imágenes, algo NO anda bien; probablemente necesitas revisar tu quehacer, o buscar algo más para hacer…

Y con lo anterior, ni el autor ni yo decimos que esté mal editar o post procesar las fotografías, pues justo es esa una de las grandes ventajas de la fotografía digital, que nos devuelve el control del resultado final.

Soy de poco proceso posterior en las imágenes. Intento -y me esfuerzo por- conseguir el mejor resultado desde la fase inicial (que comienza con la idea o conocer lo que el cliente busca cuando me contrata); sin embargo, estoy de acuerdo que la técnica y la tecnología están a nuestro alcance para ser aprovechadas y ayudarnos a proporcionar un mejor producto terminado (aunque mi trabajo no debe depender de la tecnología).

Este día, mientras hacía la revisión a vuelo de pájaro de mis feeds y diferentes perfiles en redes sociales, encontré quePetaPixel reprodujo una nota original de NYDailyNews, en la que se informa que se ha prohibido publicidad de maquillaje de Julia Roberts en el Reino Unido.

La prohibición obedece a que la Autoridad de Estándares Publicitarios del Reino Unido reclama o argumenta que en las publicaciones la piel de la actriz y modelo es demasiado buena para ser verdadera.

 

Julia Roberts en publicidad de Lancome

Recuerdo que en la campaña política más reciente, en la que salió favorecido Porfirio Lobo Sosa, tuve la oportunidad de fotografiar a un candidato a cargo público que, después de ver sus fotografías vírgenes, pidió que se le suavizara la piel y eliminaran «desperfectos»… al final, el de la foto que aparecía en las papeletas, era otro…

¿Qué piensas tú?, ¿Te gustan tus retratos con mucha modificación en Photoshop o los prefieres más reales?

Gracias por pasar y leer. ¡Siempre a la orden!

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